DE UNA IDEA, DE UNA ILUSIÓN, DE UNA CIANOTIPIA …
Sabido es que la Agrupación Fotográfica de Villena – AFV cumple este año su 40 Aniversario, sabido es que lo celebró los pasados 21 y 22 de septiembre en un marco complicado para estas lides, pero espectacular e incomparable como lo es la Plaza de Toros de esta ciudad, sabido es que contamos con “primeros espadas” en esto de la fotografía, y con un buen número de asistentes a unas u otras de las actividades anunciadas…
Ángel Conejero y Pedro Olaya
Pero lo que no se sabe es que una de esas actividades, la de hacer la cianotipia más grande del mundo, ciento setenta y un años después de que Sir John Herschel inventara el proceso, iba a ser un gran homenaje a aquellos socios que con su entusiasmo fundaron lo que hoy es la AFV, iban a ser 17.535 centímetros cuadrados de homenaje, van a ser 0,835 x 2,10 metros de intento de Guinness World Records.
Aunque es evidente que la imagen reproducida es del Tesoro de Villena, y sabido es que este año celebra el cincuentenario de su descubrimiento… lo que no se sabe es que para hacerla, un pequeño grupo de fotógrafos de esta Agrupación, pasamos una larga tarde en el Museo Arqueológico José María Soler, de la mano de la directora Laura Hernández Alcaraz, componiendo con suma delicadeza áureos bodegones que darían, tras editar y procesar las distintas capturas, con la que consideramos como más acertada, la de Ángel Verdú Lluch.
Sabido es que para exponer esta obra partimos del negativo correspondiente, pero lo que no se sabe es que la edición y los ajustes del mismo, tras distintos avatares, corrió a cargo de Manuel López Francés, y que fue impreso en Muro de Alcoy por Jorge Valor, que se ofreció a realizar cuantas pruebas precisáramos.
Tampoco se sabe que para paliar la gran absorbencia del papel Hahnemühle Print Making Board bright white de 350 g se utilizó una solución de almidón de arroz al 6,25 %, y que como disolución fotosensible se emplearon como solutos 25 gramos de citrato férrico amoniacal (verde) y 10 de ferricianuro de potasio que, en proporciones del 25 % y del 8 %, respectivamente, fueron disueltos por separado en el solvente universal, el agua, eso sí, destilada.
Mezcladas ambas soluciones a partes iguales, con los 250 c.c. resultantes se procedió, ya seco el almidón, a emulsionar el mencionado papel a pistola dado su tamaño, 92 por 217 centímetros.
Escrito está que para exponer una cianotipia lo ideal es hacerlo por contacto debido a la poca sensibilidad de este tipo de emulsiones con sales férricas. Para que ese contacto fuera ideal, y dadas las dimensiones, contamos con la ayuda de Cristalería Soler Hermanos, con su buen hacer se realizó el pertinente emparedado, el compacto sándwich, entre negativo y papel.
Lo que no se sabe es que para ello los dos cristales que se emplearon eran Planilux Extraclaro de un grosor de 8 mm, que medían 2.500 mm de largo por 1.200 de ancho y que su peso unitario alcanzaba los 60 kilogramos.
Escrito está que para exponer una cianotipia lo ideal es hacerlo por contacto debido a la poca sensibilidad de este tipo de emulsiones con sales férricas. Para que ese contacto fuera ideal, y dadas las dimensiones, contamos con la ayuda de Cristalería Soler Hermanos, con su buen hacer se realizó el pertinente emparedado, el compacto sándwich, entre negativo y papel.
Lo que no se sabe es que para ello los dos cristales que se emplearon eran Planilux Extraclaro de un grosor de 8 mm, que medían 2.500 mm de largo por 1.200 de ancho y que su peso unitario alcanzaba los 60 kilogramos.
Sabido era que el sábado 21 de septiembre de 2013 el sol brillaría con fuerza, con suficiente radiación ultravioleta, pero lo que no se sabe es que nuestro intento de récord se llevaría 11 largos minutos de exposición.
Tras la espera a pleno sol, llego el momento decisivo… sabido era que nos la jugábamos a esa carta. Los sucesivos 7 u 8 minutos de lavados, ya con agua del grifo, delatarían el resultado. El primero, estático, en la cubeta hecha a medida, vislumbró los incipientes tonos azulados contrastando con el blanco del papel; ya el segundo, con agua corriente, como más intenso y más a la vista de los presentes, emocionó a propios y extraños, se tornó en alegría y felicitaciones, teñidas, eso sí, sabido es, de un color azul Prusia precioso.
Ah! , y aunque se sepa, se dé otra vez por sabido que el meticuloso químico de toda esta aventura, desde que se gestó, ha sido D. Ángel Conejero Navarro siempre con el apoyo de su buen amigo D. Pedro Olaya Ruano. Gracias a ellos, gracias a todos, gracias a propios, y a extraños.
Relato... Francisco Gisbert Tomás
Fotos... vertufoto.com
Pedro M. Morcillo - Jose Ángel Celiberti - Gaizka Castelo y VC
Fotos... vertufoto.com
Pedro M. Morcillo - Jose Ángel Celiberti - Gaizka Castelo y VC
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Video... Gaizka Castelo